¿Un adiós o un hasta luego? …el Averno
nunca muere
Luego de 14 años ininterrumpidos como
uno de los escenarios más importantes de la movida contracultural de la
capital, el Centro Cultural El Averno ubicado en el Jirón Quilca, cierra sus
puertas pero no sus ideales los cuales siempre fueron defendidos por estos
irreverentes artistas, los cuales aportaron su cultura y fueron creadores de un
espacio donde expresar su imaginación no tenía fronteras.
El Averno abrió sus puertas en 1998 por primera vez, desde entonces fue casa de jornadas de arte, conversación y alianza entre personas de distintas disciplinas. Artistas autogestionarios de distintas partes del país (e incluso del mundo) llegaban a sus instalaciones de tenue iluminación y pinceladas en las paredes, a compartir, a conocer el trabajo de otros o incluso descansar por un momento.
La fama de El Averno
se ha constituido básicamente gracias a su vida nocturna y rockera. Casi todas
las bandas más importantes de la ciudad han tocado allí: Del Pueblo, Vaselina,
Turbopótamos, entre otros. Pero no todo fue rock. Las paredes son fácilmente
reconocibles por todos los pintores que dejaron su huella: el propio Herbert y
también Jorge Miyagui. Además de poetas destacados como Enrique Verástegui y Domingo de Ramos. Todos ellos formaron
parte del sueño de construir un espacio de integración de la contracultura.
Un fallo judicial a favor
de los dueños del terreno donde se ubica el Averno obligó a desalojar el
concurrido rincón contracultural, este local que alguna vez fue visitado por
artistas reconocidos como Manu Chao, Café
Tacuba o La Sarita empieza a decir adiós. Pero su despedida tenía que ser a lo grande, y por ello se organizó una
gran fiesta el jueves 25 de octubre organizando por sus fundadores Leyla
Valencia y Jorge Acosta, además de artistas reconocidos como Los Mojarras y fieles
seguidores que estuvieron con ellos desde el principio.